Observaciones en torno a la conducta sexual ¿igual en hombres y en mujeres?

 

 

Tomás Schmauck nace en el año 1996, en Chile (puerto Varas). Es co-fundador de la Asociación Científica contra las Pseudociencias. Cursó un ‘Foundation Degree’ en Biologia Molecular y Bioquímica en el Cambridge Education Group. Estudia  y egresa en Biomedicina en el Birkbeck, University of London. Y actualmente se encuentra cursando Neurociencia en University College London Con este paper se inaugura su columna en la revista Bactriana.

«Durante mi tiempo libre de vacaciones he aprovechado de seguir la serie documental noruega “Hjernevask” (en español “Lavado de cerebro”). En esta, se refutan varios mitos populares, especialmente aquellos que comparten cierta relación con el tema del género (como por ejemplo, buena parte del discurso hegemónico en el feminismo actual). Los capítulos son bastante tragicómicos. La línea argumental se dispone, para empezar, con una opinión sobre un tema específico de un académico de las ciencias sociales; los cuales, sin dudarlo, se muestran excepcionalmente entusiastas por reducir todo a la cultura y al patriarcado. Entre ellos podemos encontrar sociólogos, sexólogos y psicólogos especializados en género; todos académicos con una apuesta en común: una mente en blanco a la cual moldear y sin posibles predisposiciones biológicas. Luego de eso, prosigue la opinión del académico que argumenta con base en la biología evolutiva y en la selección natural (como psicólogos evolucionistas, médicos, etólogos y genetistas), proporcionando argumentos simples y explicaciones claras. Yo he podido apreciar que los argumentos que ofrece el segundo son mucho menos sesgados que los que ofrece el primero, en el sentido de que el primero no posa su trabajo sobre una estructura teórica desarrollada, filibalista, falseada y filtrada o, sometida al método científico con estudios de variabilidad psicométrica, mapeos etnográficos, tablas comparativas ectétera., de una serie de análisis a partir de los resultados obtenidos, mientras que el segundo sí.» Agosto 2018- posted.

 

¿Quiénes gustan más del sexo casual (sexo sin compromiso)? ¿Hombres o mujeres? ¿Acaso podrían ser iguales? El doctor Richard Lippa hizo una encuesta en 53 países diferentes, encontrando una correlación positiva entre la opresión cultural de la mujer —con relación a términos de «igualdad de género» globales— y el sexo casual que querrá y estará dispuesta a tener. Sin embargo, en absolutamente todos los países encuestados, incluyendo los considerados más igualitarios en asuntos de género, y aquellos con mayores garantías en derechos sociales (como lo podría ser Noruega o Suecia), el hombre siempre posee mayor gusto por el sexo casual. Es decir, contrario a lo que se podría pensar, la liberación sexual de la mujer tal cómo es apreciada hoy en día, tiene un mucho más que fuerte componente biológico.

Paper: Diferencias sexuales en el deseo sexual, sociosexualidad y altura en 53 naciones: probando teorías estructurales evolutivas y sociales
Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. Institutos Nacionales de Salud

Con todo, David Buss, un reconocido psicólogo evolucionista que ha ganando fama por sus contribuciones al área de las relaciones de pareja, afirma que la mejor forma de asegurarse de eso es mediante el estudio específico de las relaciones homosexuales. Él hace mención de una encuesta de San Francisco en el que se encontró que al menos un 90% de los hombres homosexuales estimaba haber tenido relaciones sexuales con al menos 25 parejas sexuales en su vida, un tercio con entre 50 y 100, y otro tercio con entre 100 y 500. Entonces, ¿por qué a los hombres parece gustarles más el sexo casual que a las mujeres? Ambos grupos de académicos argumentaron que los hombres gustan más del sexo casual, pero las razones que arguyeron fueron radicalmente diferentes. Mientras que los científicos, comprometidos con las llamadas ciencias sociales argumentaron —sin evidencia— que todo era culpa de una sociedad fundamentalmente patriarcal que oprimía a la mujer; los científicos enmarcados al cuerpo de conocimientos de la biología apuntaron, básica y sencillamente, a los mecanismos de la selección natural sin descartar los condicionamientos exógenos (ambientales, culturales).

Con base en la teoría evolutiva, la profesora Anne Campbell razona que el coito para la mujer involucra la posibilidad de embarazo; o al menos así lo hizo durante toda su historia evolutiva, cuyos resabios en su arquitectura cerebral solo puede llevar a resultados como los anteriormente descritos. Puesto que, por un lado, tendrá que sacar adelante un embarazo de 9 meses de duración, y por otro la crianza de un crío hasta que este se desenvuelva sin mayores complicaciones. El hombre puede simplemente prescindir de esta tarea al relegársela a la mujer. Por esto es que se espera un mayor nivel de discriminación para formar parejas por parte de las mujeres que por los hombres, así como la expectativa clara de que la elección femenina gire en torno a los recursos, ya que el número de hijos que una mujer tiene es limitado por los materiales del entorno que pueden ser convertidos en esfuerzo parental. En otras palabras, las estrategias empleadas por los competidores sexuales para satisfacer sus intereses reproductivos se desarrollan en función de la inversión parental que estos son capaces de suscitar.
Y en un estudio reciente en el que a un grupo de hombres y a otro de mujeres se les mostró imágenes de personas de su sexo opuesto exhibiendo recursos económicos, siendo sociales y protectores, solo ellas parecieron haber reaccionado «sexualmente motivadas».

Paper: Las respuestas sexuales son facilitadas por señales contextuales de alto orden en mujeres pero no en hombres. Autores:  ,,, ,,,: Escuela Médica, Instituto de Medicina Sexual, Psiquiatría Forense y Psicoterapia, Universidad de Kiel, Kiel, Alemania.
 ¿Por qué los hombres suelen poner tanta importancia en una mujer con pocas parejas sexuales a la hora de buscar una pareja estable? Durante toda la historia evolutiva de los hombres, los principales desafíos sexuales con los que estos se han enfrentado les han proporcionado adaptaciones psicológicas que surgieron por selección en el contexto de la protección de la paternidad. Por esta razón, los celos experimentados por los hombres se concentran en el acto del coito potencial o real, mientras que los experimentados por las mujeres se concentran en el riesgo de perder recursos económicos y materiales a favor de una mujer competidora. David Buss realizó un estudio en el que a hombres y mujeres con pareja se les proponía imaginar dos diferentes escenarios. En uno, imaginaban que sus respectivas parejas se enamoraban de alguien diferente; en tanto que en el otro su pareja mantenía relaciones sexuales con otra persona. Los hombres exhibieron afectaciones muy diferentes a las que evidenciaron las mujeres. Ellos reaccionaron peor en el segundo escenario, mientras que ellas en el primero.
Paper: Celos Sexuales  – David M. Buss Department of Psychology, University of Texas, Austin, USA

 

“Me parece bastante extraordinario que la mayoría de los científicos sociales acepten que la evolución ha causado los cuerpos que tenemos: dos pulmones, un corazón, dos brazos, están bastante contentos con eso. En cuanto llegas al cuello, tan pronto como llegas al cerebro, piensan que, por alguna razón, la evolución no tuvo ningún efecto en el cerebro. Sin embargo, es el órgano más costoso que poseemos en términos de calorías que utilizamos para ejecutarlo. Ese cerebro evolucionó con una razón, evolucionó porque nos dio una ventaja.”
—Anne Campbell

 

Por Tomás Alejandro Schmauck Medina

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