«Un análisis a la lista de Epstein: ¿Qué tiene para decir la filosofía? Biopolítica del escándalo»

lista epstein

En este número de la revista Bactriana, la dedicación y el trato por el análisis por temas sucedáneos al del título representan un valor inconmensurable en tanto se escriben para generar filosofía, y no, solo para generar una mera opinión.

¿Para qué hablar de millonarios excéntricos acostumbrados —como acostumbrado está el poder—, a instrumentalizar todo cuanto se halla en sus fauces? Simple, porque tenemos que hacerlo. Del deber imperativo… de la cosa para lo bueno. Para pensar lo que está mal y que ya hoy no tiene cabida. Ni siquiera para los que siempre han hecho lo que han querido a través del medio más coercitivo de la historia: el dinero y el poder.

Jeffrey Epstein fue un arlequín financiero y traficante de ilusiones clásico de los Estados Unidos, más tarde develado como delincuente sexual, hecho preso por ello, imputado por gobernar un imperio de la trata sexual de menores. Trata para la cual el fomento estuvo diseñado para millonarios y pervertidos sexuales, pedófilos en su mayor parte.

Fue acusado por primera vez en el año 2005 por el tráfico sexual de menores en el estado de Florida, lo arrestaron de regreso en 2019 y enfrentó una montaña de cargos por su ominosa actividad en Nueva York. Antes de la ejecución de su juicio, Epstein murió en la celda, aquello en su momento generó mucha controversia por un supuesto suicidio asumido, desde allí las investigaciones se aceleraron más hasta la fecha, al grado de apenas hace cuatro días, donde se publicó la famosa lista.

Jeffrey Epstein hoy debe ser pensado, no solo por el morbo y el sensacionalismo que deliberan los memes de Stephen Hawking (a propósito de la comicidad en Bergson; muy buenos y graciosos), lejos de ser una lista de clientes como se avizora en todas partes, allí aparecen en miles de correos, centenares de declaraciones de testigos y otros documentos, pruebas fehacientes de la participación de actores, actrices, periodistas, deportistas, la realeza, políticos, incluso de filósofos y científicos (como es el caso del mencionado Hawking). Lo que no implica, claro está que hayan sido cómplices de la actividad de Epstein y su expareja, Ghislaine Maxwell, en cambio, los de la lista que aparecen directamente como solicitantes de servicio, a esos, parece no los salvará nadie en esta acusación, empero, habrá que ver hasta dónde no podría existir un Cherry picking, o la creación de un bulo (lo del fetichismo sexual de Hawking con imágenes falsas involucrado con personas que padecen enanismo, lo es).

En esta primera lista aparecen el nombre de más de 170 personas. En medio de la bitácora de los hechos, se están examinando las 943 páginas de documentos que constituyen la desclasificación.

Si por nombre vamos. Ahí está el príncipe Andrés. Johanna Sjoberg, una de las esclavas sexuales menores que Jeffrey Epstein tenía en su lista privada, refirió un suceso en el que el príncipe Andrés tácitamente le puso la mano en el pecho mientras pernoctaban para una fotografía, esto en presencia de Virginia Giuffre y Ghislaine Maxwell. Aquel evento ocurrió en marzo de 2001 en no menos que la mansión de Epstein en Nueva York. Otra de las esclavas sexuales de Epstein, mejor conocida como Jane Doe 3, aseveró que le indicaron que tuviera sexo con el príncipe Andrés al unísono en una orgía. Sobre los lugares, indicó que aquello ocurrió «en Londres (en el apartamento de Ghislaine Maxwell), pero también en Nueva York y en la isla privada del monstruo, situada en las Islas Vírgenes.

Sobre Bill Clinton. Sjoberg atestigua que Ghislaine Maxwell la alistó para emplear como masajista para Epstein, aquello pese a no tener habilidades, conocimiento o formación alguna sobre fisioterapia o masajes. Sjoberg, quien fue hallada en las anteriores imputaciones judiciales a Epstein como víctima de violación por este, mencionó que el propio le expresó que, a Bill Clinton, «le gustaban las jóvenes», haciendo referencia: por supuesto: a niñas. Cabe recordar que Clinton ha pretendido menguar y restar por años y años su asociación con Epstein, incluso, en diversas entrevistas le asociaba más a Trump a Epstein. Del descaro a la impostura.

Sobre Stephen Hawking que ya dijimos fue nombrado. Solo existe un correo electrónico que Epstein envió a su pareja y cómplice Ghislaine Maxwell, con fecha del 12 de enero de 2015, allí se devela que este solicitó ayuda para desacreditar y derogar las acusaciones de Virginia Giuffre. Proponiendo brindar una recompensa a quienes apoyasen su afirmación de que todas esas acusaciones son falsas, justo allí es donde es mencionado Bill Clinton y una supuesta orgía con menores en las Islas Vírgenes en la que Stephen Hawking supuestamente habría participado (nada de enanos resolviendo la paradoja de Fermi).

Con Stephen Hawking por ahora lo que se sabe es que visitó la isla privada de Epstein en 2006 durante una conferencia. Nada queda claro sobre el por qué estaba en la Isla, se sabe que el personaje invitaba a mansalva a figuras públicas y famosas de diversas disciplinas a disfrutar de su hospitalidad. De hecho, aquí es donde vemos a Hawking fotografiado mientras estaba en una barbacoa y participando en un tour submarino allí en la isla.

Este artículo no pretende desafiar el escarnio común y lógico, tampoco criticar de manera ni sucinta, si quiera el impacto y la pólvora que manifiesta su naturaleza. De hecho, pretende, como ya se ha dicho volver a pensar sobre la cuestión en torno al poder.

El poder, pese a que los escépticos y pesimistas no lo crean, pierde poder.

La razón jurídica, y virtuosa fundada en la Atenas presagiada y querida, vuelve a ganar.

Finalmente para cerrar este artículo, destinamos esta buena cita de Daniel Galarza respecto a lo dicho en un sentido que contrasta el valor de lo veritativo que no se ensombrese pese al escarnio, uno que también hace un excelente examen de crítica al bulo, la deshonestidad de condena de enjambre y la mala fe, sin dejar de lado el ejercicio defendido de escepticismo científico que se asume y al que debemos encomendarnos (incluso más por una cuestión de eticidad), y sobre todo uno que refuerza muy bien lo aclarado sobre Hadwing:

«Llevo todo el día escuchando de «la lista de Epstein» y de cómo han salido embarrados políticos, estrellas pop, magnates e intelectuales por igual. Pero he estado escuchando por aquí y por allá de alguien muy específico: Stephen Hawking. Y vaya que han hablado mucho de Hawking, con supuestas nuevas revelaciones de cómo Hawking se divertía en las islas de Epstein, tanto en términos científicos como «carnales». Pero hay muchas fake news y dudas que sencillamente quedan sin contestar, sin que eso necesariamente manche el nombre de Hawking o de otros que andan siendo mentados.

  1. «Se descubre nueva foto de Hawking (y otros científicos) en la isla de Epstein». ENGAÑOSO.

A ver, la foto es real, y no solo muestra a Stephen Hawking, sino también a los premios Nobel David Gross (de pie) y Kip Thorne (sentado al lado de Gross, aunque en ese entonces aún no ganaba el Nobel), y la física Lisa Randall (sentada al lado de Thorne). Y sí, esta es una foto tomada de una conferencia científica («Confrontando la gravedad: un taller para explorar cuestiones fundamentales en física y cosmología») de la Edge Foundation, la casa editorial y de promoción intelectual que financiaba Epstein, conferencia que se llevó a cabo en la isla St. Thomas en 2006. St Thomas sí es una isla vecina de las que fueron propiedad privada de Epstein, y la conferencia también fue patrocinada por este criminal. Pero NO es una foto nueva. Junto a las noticias sobre aquella conferencia_en_2006_, el portal de Edge tenía pública esta foto, junto a otras en un artículo presentado por el astrofísico Lawrence Krauss, quien habría sido coordinador de la conferencia, narrando lo discutido en aquel evento y el cómo los decenas de científicos invitados (incluidos tres premios Nobel de ese entonces) disfrutaron de su estancia en la isla, así como también, según informes posteriores, Hawking y otros cenarían una noche en la isla St. James, de Epstein. Todo esto, bien conocido_desde_hace_años.

¿Cómo se originó la noticia engañosa? Al parecer, por el tuit de un tal @dom_lucre que se preguntaba qué rayos estaba haciendo Hawking en una foto como esa (al parecer, el tipo no tenía idea de quiénes eran los que rodean al célebre cosmólogo). Y bueno, si este sujeto se hubiera molestado en darle click a la fuente original de la foto, se habría evitado un tuit tan tendencioso que se volvió la base de una tendencia desinformativa.

  1. «Hawking tenía fetiche con los enanos». FALSO.

Según eso, entre los documentos que se volvieron recientemente públicos sobre Epstein, hay uno que afirma lo siguiente: “Una de las niñas testigo: ‘A Stephen Hawking le gustaba ver a enanos desnudos resolver ecuaciones complejas en una pizarra demasiado alta’”. La realidad es que se trata de un fake creado intencionalmente a modo de broma por el usuario de Twitter @drefanzor, dedicado a crear contenido paródico de ese estilo. Él mismo lo dice en la publicación original y también ha hecho otros hilos aclarando el fake.

Según portales verificadores, en las decenas de documentos publicados, no existe ninguno donde un testigo revele los gustos sexuales de Hawking.

  1. «Hawking participó en org*as con menores de edad». ENGAÑOSO y sospechoso.

De todo lo que anda circulando, esta es la única afirmación que realmente se basa en algo que aparece en los nuevos documentos sobre Epstein. Más en específico, se trata de un correo que Epstein envío a su cómplice y amante, Ghislaine Maxwell, donde dice (con errores que eliminan en las traducciones): «Puedes dar una recompensa a cualquiera de los amigos y familiares de Virginia que se presten y ayuden a demostrar que sus acusaciones son falsas. La más fuerte es la de la cena de Clinton y la nueva versión en las Islas Vírgenes de que Stven Hawking (sic) participó en una orgí@ de menores».

Entonces, en este correo Epstein se está refiriendo a las declaraciones de Virginia Giuffre, una de sus víctimas, durante una demanda por difamación contra Maxwell, en 2015. El correo, por sí mismo, no sirve para acusar a nadie de nada, incluso da a entender que la historia sería armada o presentada como una novedad en el caso. No sabemos cuál de estas opciones es la correcta, no se tienen pruebas para sostener ninguna, y es probable que nunca tengamos nada que directamente comprometa a Hawking o a los otros científicos e intelectuales que cometieron el error de acercarse a Epstein por financiación.

¿Participó Hawking en los actos criminales de la isla de Epstein? La respuesta más clara es: no lo sabemos, no es probable y no poseemos ninguna prueba que siquiera señale alguna dirección de nuevo conocimiento sobre el caso.

Tal vez si aparecen nuevos testimonios de víctimas que identifiquen con nombre y apellidos… Dudo que pase, pero no podemos perder la esperanza en que un día se sabrá toda (o la mayoría de) la verdad detrás de Epstein, sus crímenes y sus verdaderos cómplices.»


Por Miguel Antonio Romero

Sobre el autor: Miguel Antonio Romero Hernández es actualmente un filósofo y médico cirujano venezolano radicado en Alemania, actualmente dedicado a la investigación en el tópico sobre la inteligencia y la divulgación científica y filosófica. Es el editor principal de la Revista Bactriana, presidente de la Real Academia Venezolana y escritor de diferentes libros (Utopía diferenciando al superhombre, 2017, Editorial Madriguera, Introducción a la filosofía de la Medicina, 2021, Editorial Argo, Tratado sobre la Filosofía de la Inteligencia, 2024, Editorial Lambda).

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