La Filosofía de Dragón Ball, tras la muerte de Akira Toriyama

Analisis de dragon ball

RESUMEN DEL ENSAYO ACADÉMICO

Este ensayo académico se propone revisar los grandes conceptos filosóficos abordados en Dragon Ball, la icónica serie de anime y manga creada por Akira Toriyama. A través de un enfoque riguroso, se investigan varios aspectos de la serie que involucran cuestiones éticas, morales, estéticas y antropológicas de una obra canónica de hoy.

Introducción

Ha muerto Akira Toriyama el creador del anime más famoso e importante de toda la historia[1], a propósito de su creación, queda mucho por decir. Decir, por ejemplo, que Dragon Ball redefinió el concepto y el formato con el que el anime se globalizó en la década de los 80 marcando profundamente tres, quizá cuatro o cinco generaciones posteriores[2].

No hemos de discutir aquí, cuestiones basadas en líneas argumentales, historia, contratiempos en su continuidad, o rasgos de la personalidad basado en sus personajes a manera de reseña literaria o psicológica. No.

En filosofía se debe asumir más bien, las inferencias, argumentos, y tesis en torno a la propuesta epistémica, ontológica, estética y ética que podemos extraer. Así igual, en toda cuanta actividad o creación humana exista, sobre todo en arte. Y Dragón Ball, en esta ocasión, es perfecta.

Presupuestos y Desarrollo

En su inicio, Dragón Ball representa la cuestión por la sensación. José Ortega y Gasset en su fase perspectivista[3], suele hablar de este elemento que se asume en la aventura. No la aventura a modo de narración, la aventura como manifestación o razón de ser. Un pequeño niño con cola va por ahí, encuentra un niño pelón (introducción de la figura oriental tibetana), luego a un maestro (Rōshi), luego a una chica de cabello azul (Bulma), luego a un adolescente (Yancha), esferas, mundo onírico, surreal, a destiempo, universo rico, dinosaurios, peces gigantes del cretácico al unísono a autos voladores a lo Blade Runner, organizaciones del mal (la patrulla roja), androides, inteligencia artificial, la figura del zombi filosófico, o el dilema del cuarto de Mery[4][5][6] Chalmers y un esencialismo cognitivo[7].

Todo esto se repleta de un carisma prácticamente único y unívoco, verdaderamente comprometido con la cuestión del descubrimiento. La ontología es esa, la inquietud, descubrir qué depara esa propia aventura. Perspectivismo filosófico.

La cuestión por el atletismo tampoco pasa desapercibida en esta fase primigenia de la serie. Milón de Crotona, famoso deportista griego (quien por cierto se casó con la hija de Pitágoras, también filósofa ella: Myia), nunca perdió en el juego de Lucha de las Olimpiadas griegas, jugó en los Juegos Píticos, en los Ístmicos y en los Nemeos, en todos salió invicto, Goku en cambio, nunca ganó un torneo de lucha, el primero lo perdió versus el maestro Rōshi con peluca, y el segundo contra Tenshinhan, me parece, pero es la misma estética, ya que mientras que Goku iba por la gesta de vencer a la patrulla roja, el historiador Diodoro Sículo[8][9] documenta cómo Milón de Crotona lideró una tropa de soldados de Crotona en el año 510  a. C. para ganarle a la ciudad de Síbari (la patrulla roja de aquel entonces). Me parece que hubo final Goku versus Piccolo en el último que participó, pero rompieron la plataforma, igual como pasaría tiempo después con el Vegeta poseído por Babidi.

De esta fase perspectivista, podría virar a un raciovitalismo toda la serie a partir de la introducción de la figura del saiyajin (que siempre fue una constante), del hermano malo (Raditz), a la cuestión sobre la muerte (también un concepto muy propio de la filosofía oriental[10]; solo intercambiando la forma de la reencarnación en la de la resurrección por el deseo: una primera búsqueda de las esferas del dragón: volvemos a la filosofía de la aventura, y un posterior premio; pedir el deseo que se quiera: generalmente la resurrección de los caídos en batalla).


            En esta fase racio-vitalista o dialéctica puramente (en tanto que la serie empieza a basarse en las relaciones materiales de conquista: razas, imperios, y legionarios), se introduce la figura a la que, por razones estrictamente gnoseológicas, es la figura más importante de todo el anime: Vegeta.

Vegeta, pese a ser el antagonista de la serie, en principio, y luego a pasar a tener siempre un destino cruel por parte del guion de Toriyama (hay entrevistas donde el propio Toriyama admite que representa a cierto compañero que tuvo en secundaria que le hacía bullyng, eso explica demasiadas cosas[11]), es el personaje con mejor desarrollo (Toriyama parece le va saboteando en toda la serie; pero a medida que va desarrollándose, gusta tanto e impacta en la cultura que a Toriyama no le queda más que hacerlo la figura principal junto a Goku, y así determinar una dicotomía amor-odio con su figura[12]).

Aunque como se ha dicho, no se analizará el perfil psicológico de los personajes, es importante establecer una fase de puja en tanto la aparición de Vegeta (el saiyajin por excelencia). Con Vegeta y posterior a su pelea en la tierra donde vence a Goku, en ese punto Vegeta es el ideador de la sublevación o la insurrección del Saiyajin versus el enemigo absoluto; Freezer. Mientras que Goku solo se demarca en un plan de paz vitalicio (no se metan con la tierra), Vegeta anhela la venganza de la propia familia, de su identidad, una que en toda la serie asume orgulloso («¡Yo soy el príncipe de los saiyajin!”).

Mientras que Goku encarna la nobleza y el sentimiento de la emoción por el descubrimiento, también la superación propia de la autorrealización constante en el dominio de la técnica (una especie particular de aristotelismo virtuoso; ejemplo es cuando cada vez anhela entrenar y entrenar para pelear, él se emociona mucho),Vegeta dota la serie de un realismo político que introduce la figura de, el Príncipe de Maquiavelo, además de ser el personaje con mayor inteligencia y estrategia, también se va redefiniendo en la vuelta a la familia, algo que recuerda el reencuentro al hogar por el seno familiar (de Bulma a Penélope, de Trunks a Telémaco), Vegeta en este caso fungiendo como Ulises en la Odisea de Homero, porque es por la familia que se queda habitando la tierra e integrándose al equipo Z.

Dragon Ball, discute elementalmente la banalidad del mal (concepto de la filósofa Hannah Arendt[13]), el sacrificio personal, la redención y la búsqueda del equilibrio entre el poder y la responsabilidad, también otro concepto que revisa y en esto Freezer es el personaje principal, es sobre los orígenes del totalitarismo de la misma filósofa alemana. Freezer no tan solo se concibe como un exterminador y conquistador, sino que todo su sistema está basado en ello.

La serie también se enfoca en aspectos más de búsquedas, por ejemplo, cuando se muestra la crisis de identidad constante que cualquier personaje va teniendo. Por ejemplo, androide 16. Número 16 es el perfecto ejemplo de la superación del zombi filosófico relatado en la ficción desde un experimento mental. El Frankenstein de Mary Shelley es quizá otro punto fuerte, desde el cómo una creación humana puede humanizarse y cómo la idea de la humanidad en sí misma es vista desde los ojos de una creación no humana.

En conclusión, Dragon Ball no solo vindicó la cuestión por la emoción en la niñez y adolescencia temprana, magnificó la acción anticipada y el sentido de la propiedad por lo que es justo. Una oda a la alegría y a la cultura humana. Eso es Dragon Ball.


[1] Robles Irazoqui, Yadira. Dragon Ball Z y Los Simpson: propuestas axiológicas en la televisión para la conformación de la vida política de la comunidad infantil, Nueva época, Núm. 3, enero-junio, 2005, pp 67-94. ISSN 0188-252X

[2] Bourdieu, Pierre (1997) Sobre la televisión. Barcelona, Anagrama.

[3] Ortega y Gasset, José. Obras completas, Vol. I. Ed. Taurus/Fundación José Ortega y Gasset, Madrid, 2004, p. 757

[4] Jackson, Frank (1982). «Epiphenomenal Qualia». Philosophical Quarterly (32): 127-136.

[5] Jackson, Frank (1986). «What Mary Didn’t Know». Journal of Philosophy (83): 291-295.

[6] Nagel, Thomas (1974). «What is it like to be a bat?». Philosophical Review (83): 435-450

[7] Jacobs, A.M. (2001). «Literacy, Cognitive Psychology of». International Encyclopedia of the Social & Behavioral Sciences. pp. 8971-8975.

[8] Harris, H.A. (1964). Greek Athletes and Athletics. London: Hutchinson & Co. pp. 110-113

[9] Guthrie, William Keith Chambers (1962). A History of Greek Philosophy. Cambridge University Press. p. 176. ISBN 0-521-05159-2.

[10] Schopenhauer, Arthur; Hollingdale, R. J. (1970). Essays and aphorisms. [Harmondsworth, Eng.] Penguin Books. p. 22.

[11] Entrevistas a Akira Toriyama, Daizenshū, 21 de Abril de 1995 en el Hotel Hilltop.

[12] Entrevista a Akira Toriyama, Daizenshū, 5 de junio de 1995.

[13] Eichmann en Jerusalén, Barcelona 1999, pág 368, traducción del inglés de Carlos Ribalta; original alemán: Eichmann in Jerusalem. Ein Bericht von der Banalität des Bösen. Múnich 1986, pág. 371

Por Miguel Antonio Romero


Sobre el autor: Miguel Antonio Romero Hernández es actualmente un filósofo y médico cirujano venezolano radicado en Alemania, actualmente dedicado a la investigación en el tópico sobre la inteligencia y la divulgación científica y filosófica. Es el editor principal de la Revista Bactriana, presidente de la Nueva Academia Venezolana y escritor de diferentes libros (Utopía diferenciando al superhombre, 2017, Editorial Madriguera, Introducción a la filosofía de la Medicina, 2021, Editorial Argo, Tratado sobre la Filosofía de la Inteligencia, 2024, Editorial Lambda). También forma parte del comité científico de revistas de investigación como Pensamiento Iberoamericano y Editorial Piensa diferente con indexación en Latindex.

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