La muerte no existe en el mundo de la física cuántica

La muerte no existe para la ciencia cuantica

“Todo tiene su final, nada dura para siempre”, canta el puertorriqueño Héctor Lavoe. La muerte es una certeza para todos, sabemos que vamos a morir en algún momento; porque todo inicio tiene un fin.

Y ese fin no es ser pesimista es una realidad que llegará antes o después, al azar o elegida pero indiferentemente de cómo sea llegará o, no…. Podría ser un tema del que aun no sabemos nada, sea como sea la física cuántica cree que la muerte no existe.

Fisica cuantica muerte

La física cuántica tiene la costumbre de poner todo patas arribas, ella nos enseña que la realidad puede ser muy diferente a lo que tenemos por sentado y, que es más extraña de lo que puede parecer. Definitivamente, el mundo cuántico funciona de otra forma hasta cuando se habla de la muerte o, al menos eso es lo que asevera el científico estadounidense Robert Lanza.

Según él, tiene las pruebas que confirman que hay vida luego de la muerte, además, que realmente la muerte no es certera, no es una realidad, no existe. En consecuencia, nunca dejamos de vivir, solo hay un cambio de forma en lo que percibimos. Todo esto nos lleva a una nueva teoría conocida como: La teoría del biocentrismo.

¿Qué revela la teoría del biocentrismo sobre la muerte?

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Esta teoría dice que la muerte no es un evento terminal como venimos pensando desde hace siglos y siglos. Que la muerte en sí es un producto de nuestra conciencia, porque nos casamos con nuestro cuerpo físico, y en esta realidad el cuerpo físico se desgasta… “muere” pero se transforma.

Asimismo, este profesor detalla que en el biocentrismo el universo solo existe gracias a la conciencia de la persona sobre sí misma, y que los conceptos de espacio y tiempo solo son instrumentos de la mente.

Esto no queda aquí porque Lanza cree que al morir nuestra vida se convierte en una “flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso”. Esto arroja que la muerte no representa el final de la vida, sino una etapa donde la forma en que percibimos nuestra existencia cambia. Esta idea se relaciona con la teoría de los universos paralelos, donde se afirma que existe un número infinito de mundos ¡Tiene mucho sentido!

El gato de Schrödinger

En el experimento del gato de Schrödinger se explica que si metemos un gato en una caja, y dentro colocamos un veneno que tiene un 50% de probabilidad de matar al gato y cerramos la caja, el gato estará vivo y muerto al mismo tiempo en dos realidades.

Esto se conoce como: superposición cuántica. Además, no será hasta que abramos la caja que forzamos a la realidad a mostrarnos una de las dos posibilidades. Ahora, con la teoría del biocentrismo nosotros somos el gato, pero desde nuestro punto de vista nunca podremos ser conscientes de nuestra propia muerte en cualquier momento que ocurriese. Es decir, aunque podamos morir esto solo podrá ser visto por los demás espectadores en una realidad y nuestra conciencia seguiría activa en la realidad donde no morimos.

Otra forma de verlo es que antes del Big Bang todo el universo y la materia que hoy esta en todos nosotros era una sola cosa. Por lo tanto, al morir nuestras partículas no desaparecen sino que se transforman, y tal vez, al morir podríamos volver a ser conscientes desde otro cuerpo y mente.

¿A dónde nos lleva esto? A la siguiente idea: luego de morir seguimos existiendo pero, en un lugar que nuestra mente no conoce mientras forma parte de su cuerpo físico.

“La vida es una aventura que trasciende nuestra forma lineal ordinaria de pensar; cuando morimos, no lo hacemos según una matriz aleatoria, sino según la matriz ineludible de la vida. La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino que se encuentra completamente fuera del tiempo”, dice. Robert Lanza.

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