Las mascarillas: De la necesidad a la moda

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Al iniciar el brote del COVID-19 la primera recomendación oficial señalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue el uso de las mascarillas para, solamente, dos tipos de personas: las enfermas con el virus y aquellas que estaban cerca de ellas, pero eso esta cambiando ahora

En relación, España no obliga a sus ciudadanos a utilizar las mascarillas cada vez que salen de sus casas. Solo lo manifiestan como una recomendación. Inglaterra, por su parte, pide usarlas en “espacios cerrados en los que el distanciamiento social no siempre es posible” como: el transporte público o en las tiendas.

Lo contrario sucede en Hong Kong, Seúl o Tokio en donde salir sin mascarilla genera miradas de desaprobación. En Asia todo el mundo las utiliza de forma cotidiana. En Estados Unidos, diversos gobiernos estatales han hecho obligatorio el uso de las mascarillas, incluso, la Casa Blanca afirmó que todo su personal las usa, aunque su presidente Donald Trump no las ve necesarias. Singapur, que comenzó desincentivando su uso, ahora multa por US$300 a cualquier ciudadano que no las use en espacios públicos.

Las mascarillas se han convertido en el accesorio de moda

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Lo cierto, es que debemos aclarar que muchos países utilizan las mascarillas como norma cultural incluso antes de esta pandemia del COVID-19. Además, en la actualidad, se han convertido en formas de expresión; numerosos diseñadores ha creado diseños que ya han protagonizado desfiles.

Ahora, pensemos en el siguiente dilema: ¿Estamos entrando en normalidad? Escenario que dejará en el olvido los saludos efusivos entre conocidos y protagonizados por rostros tapados como símbolo de seguridad propia y colectiva.

¿Las mascarillas han llegado para quedarse? Muchos científicos han aseverado que solo se seguirán utilizando hasta que se desarrolle una vacuna, y a esto le dan como mínimo un año. En consecuencia, expertos en moda se han realizado la siguiente interrogante: ¿Las mascarillas se están convirtiendo en algo tan cotidiano como unas gafas de sol? O ¿Es solo un símbolo anclado a la solidaridad colectiva, un pacto social? La respuesta puede ser afirmativa en ambos casos.

Asimismo, la moda parece ser el reflejo de la sociedad, de lo que acontece en ese momento; y hoy se está transformando para formar parte de un nuevo uniforme urbano conformado por guantes de látex, un bolso con el objetivo impresionable de guardar un gel hidroalcohólico y las icónicas mascarillas.

Ahora, entramos en otra interrogante: ¿Es lógico utilizar modelos que no solo se adapten a las necesidades de protección, sino también a los gustos? Muchas sirven solo como una cobertura netamente estética, otras presentan la misma eficiencia que las quirúrgicas e, inclusive, hay desechables.

Robin Givhan en un ensayo al respecto publicado en The Washington Post dijo: “Quizás, cuanto más bonitas y apetecibles sean, más gente estará dispuesta a llevarlas”.

¿Sabías que según el índice Lyst correspondiente a los primeros meses de este 2020, el producto más buscado fue la mascarilla con logo y flechas de Off White? Al parecer, su incremento en las búsquedas fue del 496 % en los tres últimos meses.

En respuesta, muchas marcas y diseñadores están viendo una nueva oportunidad de negocio y están lanzando sus propias mascarillas. No obstante, es vital decir que firmas como: Gucci, Louis Vuitton o Chanel ofrecieron sus servicios para luchar contra el COVID-19 y produjeron material sanitario para abastecer hospitales. Ahora, utilizan los conocimientos adquiridos lanzando mascarillas de diseño.

Otras marcas de moda, como Juan Carlos Pajares, de España, comenzaron las primeras semanas donando mascarillas diseñadas a diversos centros sanitarios. Luego, diseñó una colección de seis modelos con filtro en su interior.

“Personalmente creo que incorporarlas a nuestro armario como un complemento más puede funcionar como un punto de refuerzo psicológico positivo, normalizando y dando un poco de color a un contexto muy nuevo para todos. En Asia, en muchas ocasiones, se utiliza como accesorio. ¿Por qué no hacerlo aquí?”, expresó Juan Carlos Pajares al lanzar la colección.

Pero, existe otra cara. Marcas como Marine Serre o la española Cherry Massia antes del COVID-19 complementaban sus diseños con mascarillas desde hace varias temporadas.

¿Solidaridad colectiva u oportunismo?

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Edited, empresa que se enfoca en análisis de datos especializada en retail, destacó que hay un incremento de casi el 40% en el número de mascarillas ofrecidas por las empresas de moda en el primer trimestre de 2020 en comparación con el final de 2019.

Aquí, entran diversas opiniones: las que afirman que es lícito que la industria de la moda se lucre de una situación mundial devastadora; y las que señalan que es una forma de expresión y calma para los ciudadanos. Otros van mucho más allá, aclarando que las mascarillas quirúrgicas tienen un efecto democratizador y las de diseño, más que un símbolo de identidad, son un símbolo de estatus social.

Juan Carlos Pajares, contó a diversos medios de comunicación que dona parte de los beneficios de la venta a la lucha contra el COVID-19. Y, Cherry Massia dijo:

“Puedo entender que desde fuera parezca que la industria de la moda se está aprovechando de una situación de crisis y como creativos creo que es muy importante que no nos olvidemos de que tenemos una responsabilidad con la sociedad. Sin embargo, considero que no se nos puede culpar por inspirarnos en el mundo que nos rodea”.

Para finalizar, pensemos en lo siguiente: ¿Los diseñadores están explotando el miedo nacido durante una pandemia para sus propios fines y ganancias, arropados bajo una necesidad médica? O ¿Es un gesto necesario y positivo, en medio de esta crisis? Y ¿Lucir lo mejor posible sigue siendo psicológicamente muy importante para la sociedad aun en crisis?

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