¿Por qué la música de hoy ya no es tan buena como antes?

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Muchas personas piensan que la música ha involucionado porque los cantantes y artistas de ahora ya no tienen tanto talento como antes, o que simplemente los gustos han cambiado y a los jóvenes de hoy solo les gusta otro tipo de música. Pero, esto no es del todo cierto. La verdad es que la industria musical ha sido una de las más golpeadas por la piratería y las descargas por Internet; volviéndola poco rentable para que los inversionistas quieran apoyar o tomar riesgos con nuevos talentos. Incluso, abaratando costes de producción que hacen que las nuevas producciones sean mediocres o no tan buenas como antes.

A los consumidores de Internet no les parece grave o importante la descarga de música gratis. Según Forbes México un 53%  de la población utiliza la Internet para descargar de manera ilegal música.

Desde el año 1999 los ingresos de las industrias discográficas han ido en picada y más del 50% de todo el negocio ha desaparecido.

Sucede pues, que la mayoría de las ventas son digitales y eso hace que el margen de ganancias sea muy escaso. Además, muchos artistas siguen apostando, como la mayor fuente de ingreso, al formato CD. Pero las mismas han caído a más de un tercio, es decir, los beneficios cayeron a una tercera parte de lo que era hace quince años atrás.

Vamos un poco más atrás. A finales de la década de 1990 los directivos de las discográficas tenían mucha confianza en su industria, no sospechaban que un grupo de hackers adolescentes, encabezados por ShawnFanning iban a desencadenar un caos.

Fanning fundó un servicio de archivos compartidos llamado Napster que permitía a los usuarios descargar y compartir música sin ninguna compensación para los propietarios de los derechos. Napster fue demandada por la industria musical y obligada a interrumpir su servicio.

El daño ya estaba hecho, al instante toda una serie de servicios cada vez más sofisticados tomaron el relevo.

La música buscó sobrevivir en los conciertos

El sector musical había encontrado un aliado en los conciertos, aun en crisis. Los precios de las entradas nunca dejan de subir, las personas siempre están dispuestas a pagar lo que sea por una experiencia en vivo. Pero, ese mismo público muchas veces no desea pagar por el contenido musical; es más fácil descargarlo de la Internet.

El problema radica en que la inversión para producir un disco y la inversión para una gira de conciertos son dos presupuestos que se deben manejar por separado. Por lo tanto, no es rentable un cantante que pueda llenar estadios sino uno capaz de vender su música en los diversos formatos.

Los vídeos musicales también fueron en picada

Otra fuente de ingresos para la industria de la música eran los vídeos musicales, pero desde la llegada de YouTube el rating de todos los canales de televisión dedicados a transmitir vídeos se fue en picada. Tanto así que el canal más famoso de música, MTV (music tv), tomó la decisión de cambiar el contenido que transmitía y optó por pasar reality shows en vez de vídeos musicales.

Por otro lado, las ganancias obtenidas por los vídeos en YouTube son bastante bajas. En el año 2017 Taylor Swift ganó 400mil dólares por todo su contenido en esa red. Algo que habría sido una propina para artistas como Michael Jackson en los 90’s.

El Streaming ayudó a la música con el problema de la descarga

En el año 2003, Apple estrenó su tienda de música online iTunes, que también ofrecía un espacio para la distribución de Podcast, libros electrónicos, vídeos y la gestión local de archivos de ordenadores.Para ese momento, la industria discográfica estaba facturando once mil millones de dólares, y diez años después esas ventas habían bajado a siete mil millones, según Jotdown.

“Apple apostó -con acierto- que la gente pagaría por descargarse música.  Si era legal, barato y sencillo”, dijo el columnista de tecnología del New York Times, Kevin Roose.

En 2013 iTunes llegó a convertirse en el sitio de comercio musical más importante del mundo (offline y online) y vendió más de 25.000 millones de canciones.

Pero todo llega a su fin, en el 2019 el software de Steve Jobs, iTunes, que durante casi dos décadas estuvo integrado en las computadoras de Apple fue reemplazado por tres servicios: Apple Music, Apple Podcasts y Apple TV.

¿Qué sucedió con iTunes? Experimentó una paulatina pérdida de usuarios, particularmente en la descarga de música, quienes buscaban servicios de transmisión en línea, como Spotify o el propio Apple Music, en lugar de recurrir a iTunes.

En el año 2008 nació Spotify, quien se ha mantenido por sus diversas formas de monetización. Ahora, las personas preferían escuchar música online sin descargar. Es decir, el Streaming sustituyó la descarga. El modelo de Spotify ofrece dos o más versiones diferentes de servicio: la más básica de ellas es gratuita, pero con anuncios publicitarios, y la más avanzada, bajo suscripción, que suele llamarse freemium por no contener anuncios a cambio de un pago mensual.

Spotify despertó el interés en la industria musical, pero parte de ese interés radica en la desconfianza que muchos expertos tienen hacia él. Muchas críticas se han centrado en gran medida en si el modelo freemium es sostenible a largo plazo, aunque las más persistes se refieren al modo en que se reparten los ingresos con los propietarios de los derechos.

Además, en el año 2015 registró una pérdida de 173 millones de euros. Pero los ingresos crecen más rápido que las perdidas. Sus ingresos crecieron un 80% entre 2014 y 2015, mientras que las pérdidas solo aumentaron un 6%. No obstante, el coste por el pago de derechos ha crecido mucho más rápido que el aumento en ingresos. Es ahí donde reside el auténtico problema, las discográficas tienen cogido por el cuello a Spotify.

¡El modelo de negocio cambió!

Para los inversionistas y productores musicales hacer música es algo muy costoso en cuanto al coste-beneficio. Una solución a esto fue bajar el coste de producción, reemplazando a los músicos –guitarristas, bateristas, bajista– por una computadora. El problema principal es que estos instrumentos no pueden ser tocados por una máquina debido a que pierden el toque humano que los hace sonar de modo correcto. Al igual que, no se puede reemplazar un vocalista por un robot.

No obstante, con las computadoras si se pueden hacer otros tipos de sonidos, de forma digital, que se escuchan bien. Un ejemplo de ello es: la música electrónica, el reggaetón, el pop y otros géneros nuevos que han surgido debido a que es más barato el coste de producción porque solo se necesita un productor musical, detrás de una computadora, y un vocalista para grabar las canciones… que muchas veces puede utilizar Auto-Tune.

Además, para las presentaciones en vivo también resulta más lucrativo ya que no cuentan con los gastos de una banda u orquesta que requieren: gastos de sueldo, viajes, hospedaje, alimentación, etc. Esta es la razón principal de que ya no surjan, actualmente,  nuevas bandas de rock, salsa, baladas… y sí, nuevos cantantes que puedan producir música de forma digital. Para los inversionistas no es un negocio viable, entre los costes de producción de los géneros antiguos y las ventas que se pueden obtener.

Otras industrias como el cine o la televisión no se han visto tan afectadas por la piratería debido a que las personas siguen visitando los cines y adquiriendo suscripciones a plataformas como: Netflix, HBO, Directv y Amazon Prime. Esto ha permitido que la calidad de las películas o series se haya mantenido e, inclusive, hayan aumentado la calidad.

Finalmente, en la industria de los videojuegos, para evitar la piratería, han tenido que cambiar el modelo de negocio a juegos gratis con micro pagos dentro del juego o donde el usuario deba pagar por un servicio online, es decir, la persona deberá pagar, obligatoriamente, si desea conectarse al servicio de Internet online.

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